Había quedado con una Moza, por mp, allí tenía todos los datos y ella los míos, cuando fui a buscarlos para rematar la jugada no pude acceder.
Nos dimos plantón los dos, con la angustia de no saber que era del otro.
Que mal rato pase.
Por los perjucios y traumas ocasionados exijo una indemnización como la de un consejero de una caja.