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Truman Capote & Andy Warhol
Truman Capote.
Una de las más memorables anécdotas que se le conocen es la siguiente: Capote estaba empinando el codo en un restaurante de Nueva York, y entonces fue abordado por un grupo
de mujeres allí presentes, que le ofrecieron servilletas y cajas de cerillas para que estampara una dedicatoria. El marido de una de las mujeres espetó cabreado que “era un
desperdicio el ofrecer tanta emoción femenina hacia un maricón“. Acto seguido, se bajó la cremallera del pantalón, le mostró el pene, diciendo el voz alta que tal vez preferiría firmarle
eso. Capote no se dejó intimidar y, lanzándole una de sus frías miradas sarcásticas, respondió resuelto: “Como mucho podría ponerle las iniciales”.
Y es que Capote sabía bastante de envergaduras de miembros viriles, pues en su agitada vida sexual había tenido la ocasión de ver muchos, así como también de probarlos. Por
ejemplo, en su último libro dedica unas palabras a un pene que, en comparación con el de aquel marido, era descomunal, y pertenecía a uno de los hombres más seductores de la
época: Porfirio Rubirosa. Tal vez el nombre no os suene, pero este diplomático dominicano, agente secreto y reconocido playboy, sirvió de inspiración para crear el personaje de James
Bond. Según Capote, el mayor de los secretos de aquel conquistador residía en el tamaño de su pene.
Andy Warhol.
Otro elemento que perdía aceite en cantidad no era otro que su buen amigo Andy Warhol. Es sabido en círculos privados que durante años, y de forma intermitente, fue, aparte de
amigo, amante de Truman Capote, hasta que, dicen, la química entre ambos empezó a morir el día en que Andy dijo: "Truman me metió la polla en la boca y no sentí nada".
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Los siguientes 2 usuarios han agradecido a McQueen su mensaje:
Oliba (14/11/2013), travieso50 (14/11/2013)
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