Me imagino que, por lo general, una equilibrada mezcla entre asco y pena, aliviada por la obligada transacción económica. A veces prefiero creer que, en contadas ocasiones, se puede llegar a crear, con respeto, cariño y buen rollo, un momento medianamente especial en la que ella también disfrute de tu compañái. No lo sé...
es una pregunta de difícil respuesta...

Salut