Yo no voy contandole mi vida a todo el mundo, pero en algunas ocasiones me he encontrado muy a gusto con una chica a la que ya conocía y nos hemos contado nuestros problemas. Creo que el hecho de que conozcamos la existencia de una doble vida en el otro facilita que se pueda seguir contando lo que nunca solemos contarle a otras personas.

Yo tengo muy poco que confesar, pero cuando se dan las circunstancias me suelto. Lo que pasa es que cuando tienes mucha confianza con una persona y tu tienes pocos pecados para confesar... habla ella, y entonces te encuentras con la dura realidad. Todos sabemos que las chicas trabajan por necesidad, pero no conocemos los detalles y casi mejor no conocerlos.


Un saludo.