Esta dichosa crisis ya no es sólo una palabra que suena mal, me acabará por llevar a la mala vida.

Hacía semanas que no entraba por aquí, pero mi otro lado el oscuro empieza a preocuparme y me apetecía confesarme donde nadie me conoce.

Empiezo a tener tentaciones, de esas que sabes que te traerán consecuencias.

Quiero seguir siendo, yo. Pero una parte de mi ser me empuja hacía el pecado.

La otra sigue tan tranquila con la vida ejemplar y esas formas tan bien puestas.

Se que se me entiende.

Por encima de todo está la supervivencia.

Aunque tenga que alquilar un trozo de mi cuerpo y una noche de mi alma.