Supongo que alguna madre, algún padre que sobrelleve cada segundo de su vida, que conviva con algún hijo o familiar con alguno de esos "halagos", que el estudio Casciari tan graciosamente "metaforea" se sentirá reconfortado.

Por favor, Sonri, el respeto y la tolerancia me parece que son términos que tu conoces perfectamente como para justificar este abuso de la palabra.

Y a veces duele más que la violencia se escriba, que sentirla en las propias carnes del dolor.

Admiro el arte, la creatividad....respeto y pleiteo incluso en la discrepancia más sofocada... pero justificar esa sarta de memeces me parece íncreible.

Ojalá ese señor nunca sienta, lo que seguro que muchos se estremecieron cuando advirtieron que el dolor es gracejo ajeno.

Besos en tu mirada.