Ayer domingo tuve la ocasión de volver a ver (TV-1) "Los puentes de Madison", una historia que ofrece múltiples lecturas, lo que suele ser muy de agradecer.

Clint Eastwood consigue una excelente dirección y, lo más espectacular, que Meryl Streep no sobreactúe en exceso. La fotografía a tono con el tema, siendo el protagonista un fotógrafo del National Geographic no podía ser menos

Mi lectura ahora de esta película es simple, un ejemplo muy claro de lo que doy en llamar la castración de la maternidad (aplicable al revés a padres obnubilados por sus retoños). Una persona que deja pasar una oportunidad única de hacer con su vida algo diferente, hermoso y arriesgado... simplemente porque tiene dos hijos ya adolescentes que no valen el tiempo que pierde en ellos. Absurda decisión por muy adornada con tintes melodramáticos (la escena del coche bajo la lluvia y la mano de Francesca en la manecilla del coche o la llamada por teléfono de su hija para informar a su pareja que se separa vestida con el traje que su madre se puso solo una noche para la cena con él son dos ejemplos).

Enfin, casos así hay más de uno que he conocido de cerca, personas que deciden en función de su entorno y no por ellas mismas. Es la misma hipocresía de ciertas decisiones que damos en llamar por "razones políticas".

Archer