Pero lo mejor es que había dos chicas "trabajando" allí. Digo trabajando porque yo llegué a las 2 y me fui a las 7 y ni siquiera sonaron ninguno de los 8 ó 10 teléfonos que tenían. El mío como siempre, a tope, y atendí a un par de clientes. Me miraban como si fuera algo raro. Y la madame... bueno para que contar. Me apaño con un hotelito al lado de casa que es muy discreto, fácil de aparcar y muy limpio.