Tal día como hoy, el pastranas que esto escribe se introdujo (nunca mejor dicho) en el proceloso mundo del sexo de pago. Con el corazón casi totalmente insensibilizado, unos cuantos miles de euros menos en el bolsillo y la misma infelicidad ,aun sigo rondando por aquí. No me feliciten. No es necesario.
Hay cosas peores, no se preocupe usted. Casi todos los presentes le entendemos perfectamente.
Rece usted diez Padresnuestros para intentar purgar sus veniales pecadillos.