CAL TON en Vilafranca del Penedés.

Cocina de autor con mucho respeto por el producto y excelente técnica (¿está bien dicho asín, Celen?).

Canelones crujientes de pies de cerdo, ensalada de bogavante y manzana, bacalao confitado con espinacas y garbanzos, arroz con setas y foie… todo estupendo.

Atención también a los postres: el melocotón de L’Ordal con granizado de vino tinto estaba sublime.

De esos escasos restaurantes donde no te importaría volver al día siguiente (si uno fuera rico, claro).