Gran Claustre Hotel


Hacía tiempo que no volvía a este restaurante. Ha cambiado de ubicación y ahora está en un edificio enfrente del hotel. El nuevo local es moderno y sobrio aunque algo oscuro y con la cocina a vista. La comida ,como en las anteriores visitas, estupenda: ensalada con langostinos y alcachofas y arrocito de pagès con butifarra de perol, del postre no me acuerdo (fui hace un par de semanas) pero también estaba buenísimo. Buen servicio, atento y cordial, nada estirado.


Cuentan además que en el hotel anexo, un conocido forero de esta santa casa posee casi en propiedad un jacuzzi con vistas al infinito.