En honor a Ingols...¿ser erudita o ser sabio?

Cita:

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No creo que aquí nadie piense que sus palabras van a misa.

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Sobre todo porqué todas las aportaciones que hago ya fueron a misa en su momento, no hay nada de lo que expongo que no esté en los libros. Estoy de acuerdo con Oscar Wilde cuando dice que nada que merezca la pena aprenderse puede leerse (Gracias Jioan)
Desde mi punto de vista lo que es enriquecedor es saber contrastar las diferentes teorías con la expericencia vital (en toda su amplitud) y sacar conclusiones intentando abrir las miras al máximo.


Por otro lado... ejem nadie se ha atrevido a contestar las preguntas que planteé... Pues están en el libro Ensayos de Montaigne, ¿tan poquitas ganas tenéis de pensar? :wink:

1) Considerando estas dos citaciones:

-Quiero que la muerte me encuentre plantando las coles ni preocupado porque llega ni preocupado porque no las he acabado de plantar.
- me cuesta un montón distinguir las coles de las lechugas.

¿Cúal de las dos citas es una aproximación más sabia de la muerte?
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2)
Sería más práctico y más casto explicar a las mujeres desde bien jóvenes esta realidad vital (la medida del pene), tal como es, en vez de dejar que la imaginación haga conjeturas y exaltadas imaginen penes extravagantes tres veces más grandes de lo que los tenemos en realidad...
Qué mal que hacen esas pintadas representando unos genitales enormes en las paredes de los corredores y escaleras (actualmente en la pelis porno) Es de aquí donde surgen estos crueles malentendidos sobre nuestras capacidades naturales. (Ensayos, III,5)

¿Cómo hará para plantear el tema un hombre con "una realidad vital " pequeña?
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Que tengáis un buen lunes


P.D.
Ingols muchisímas gracias por tus últimas palabras. en cuánto a la dimensión....procuraré sintentizar más, aunque a veces me resulta difícil, por los temas que expongo.

Me gusta mucho, muchísimo, la frase:
"Quiero que la muerte me encuentre plantando las coles ni preocupado porque llega ni preocupado porque no las he acabado de plantar."
"Me cuesta un montón distinguir las coles de las lechugas" es algo bonito, pero utópico. Puede que a los veinte años uno no se plantee la sombra que le va a perseguir toda su vida hasta que le alcance, más tarde ó más temprano. Pero negar la evidencia no es algo muy sabio, y es engañarse a si mismo. Mirar hacia otro lado tiene el mismo efecto que mirar fíjamente. En los dos casos eres preso de la dirección de la mirada. Y nadie se puede olvidar de esos ojos oscuros que llevamos clavados en la nuca desde que nacemos.
En cambio, la primera frase, afronta con dignidad un destino inminente. En este caso se es libre de todo, incluso de la propia muerte.

Con respecto a lo segundo.....supongo que un hombre con una "realidad vital" pequeña, ha de afrontarlo como cualquiera, ya que no somos perfectos. No son sólo los penes enormes los que abarcan los corredores....sociales. También lo es lo que se espera de nosotros. Los corredores, la vida, la sociedad, está pintarrajeada casi completamente por directrices que nos definen como NO somos. No se desde cuándo, pero nuestra cultura se está forjando una imagen transformada de lo que somos...teniendo en cuenta que vivimos en la era de la televisión, la publicidad, y el márketing, si unos seres en el futuro desenterraran las cenizas de nuestra cultura actual occidental, se llevarían una visión errónea a sus naves; pensarían que teníamos un cuerpo perfecto; que nuestros coches, y ordenadores, y trabajos nos ayudaron a conseguir nuestros sueños y nuestra felicidad; que el mundo era un lugar dominado por una clase social alta, en la que el dinero lo compraba todo.....(coño, eso es verdad)....y que todos los hombres teníamos unos penes descomunales, con los que hacíamos felices a las mujeres (u hombres), ya que el pene era el único, sagrado, maravilloso, apostólico y romano elemento, capaz de conseguir la satisfacción plena para la pareja.

PD: La verdad es que con un poco de inteligencia, se darían cuenta de lo infelices que somos todos; verían que nunca llegamos a tener esa quimera inalcanzable, a saber cual en cada uno; pero siempre representada por el orgullo y la ambición.
Un hombre con una "realidad vital" pequeña, puede que si ve más allá de sus propias pupilas, afronte el tema dándose cuenta de que, esté escrito lo que esté escrito en el corredor, eso no cambia ni cambiará nunca la realidad. Más allá de eso, el resto es impredecible.