Yo soy uno de los miles de europeos que trabaja dentro de una organización japonesa desde hace más de dos décadas. Por eso me gustaría aportar un par de comentarios desde mi experiencia práctica.
1) La transparencia en la información es un concepto ajeno a su cultura, por tanto las malas noticias nunca se divulgan y por ello la credibilidad de los comunicados oficiales (del gobierno nipón o de las empresas implicadas) es básicamente cero. Se considera una debilidad aceptar un fallo o un error y se intenta evitar por todos los medios que se conozcan
2) La disciplina personal es elevadísima y el sacrificio por el bien común una práctica normal. Esto se ve en situaciones de gran riesgo pero tambien, y es lo que más contrasta con nuestra posición, en el día a día de una empresa o una organización. Todos los empleados hacemos cientos de horas extras cada año y jamás se nos ha ocurrido reclamar una compensación salarial por ello. Se cambia de posición dentro de la organización con un pre-aviso de 24 horas, por ejemplo para marchar de la oficina de Tokio a la de Osaka. La familia se deja atrás y la dedicación al trabajo es completa
Yo me siento muy bien dentro de esta cultura, pero entiendo que para el occidental medio (y más si es sindicalista o trabaja para cualquier administración) puede sonar a una completa herejía.
Archer