Las repeticiones también son como el vino: hay gente a la que le sienta mal y gente a la que le sienta bien. Hay personas que con dos copas se vuelven locuaces, abiertas y desinhibidas; otras se vuelven brutas y groseras con la misma cantidad. Con la repetición, hay escorts que mejoran y se desinhiben, mientras que para otras puede ser una fuente de resentimiento y condena, sobre todo desde el momento en que te pierden como cliente,