Conociendo a Bangkok como le conizco, he de decir que no tiene nada de pardillo. Trabajamos, en su tiempo, en lo mismo pero en diferentes unidades y puede ser cualquier cosa menos pardillo, más bien todo lo contrario. Mil historias vividas con él podría contar, tanto de curro como en la vida civil, y es que en la vida hay dos tipos de personas las que quieren tenerlo todo controlado y las que lo tienen todo bajo control.