El Sevilla podía jugar más o menos bien, pero lo tenía muy difícil. Tenía que conseguir un 0-2, o bien un 0-1 e ir a la prórroga para intentar marcar el segundo o abrazar la causa de los penalties. Se cumplió la lógica.
Ya veremos dónde se juega la final: ¿Barcelona? (no creo) ¿Madrid? (no creo), ¿Valencia? ¿La Cartuja? ¿Zaragoza? (la primera que se postuló y que nadie menciona ahora).
La final del 20 de abril tiene otras consecuencias, a parte de tenerse que jugar dos clásicos en 5 días (como mínimo): en agosto, tendremos otros dos clásicos a causa de la Supercopa y en la Liga 2010-2011, el séptimo clasificado irá a la UEFA Europa League.
Vamos a acabar saturados de tanto Barça-Madrid.