Llego el momento de enfrentarme a ella.
Se que en su último combate su contrincante la gano y por ello viene más motivada que nunca.
Puede ser una rival terrible, pero mis años de experiencia en las artes marciales me han enseñado que lo más importante es el contacto visual con mi contrincante.
Mirando sus ojos puedo percibir el movimiento de todo su cuerpo y al mismo tiempo la propia fuerza de la adrenalina puede llegar a enrojecer mis ojos hasta el punto de llegar a intimidarla. Hacerle sentir que yo tengo el poder sobre el tatami.

Ya esta delante de mi, con la cabeza agachada, concentrada. Veo su coleta, veo como su piel esta brillante a causa del sudor de su precalentamiento. Mi olfato puede saborear el olor a noradrenalina de su cuerpo… llegando hasta lo más interno de mi..

El juez da la señal y ella levanta su mirada, yo quiero fijar mis ojos en los suyos de entrada, para que desde el primer momento sepa quien manda, pero de repente esos ojos se clavan dentro de mi, su olor corporal se vuelve como una inyección mortal que excita mi ser, acelera mi corazón, ruboriza mi piel, me deja atónito…. Mis ojos sólo tienen tiempo a percibir como de sus labios sale una leve sonrisa picara, cuando de repente percibo el impacto de su pierna en toda mi cara…

Continuara….